Una pasión que nadie comprende - II Parte

Lo más importante de cuando aprendes algo, es que lo puedas compartir. Por eso, este Blog es de temás varios, porque mi intención es que otros puedan aprender y que aquello que yo he tenido la oportunidad de aprender, pueda ser útil para otros. A mí muchas personas me han ayudado y me siguen ayudando, ahora es mi oportunidad de sembrar en otros.

Hay casos que quedan muy marcados en mi mente, que aún hoy recuerdo. Llegué del trabajo, cené, me puse el uniforme, y me fui a las 07pm a prestar servicio. Cuando ya eran las 12 md le dije a un compañero que ya debía irme porque tenía que levantarme para ir a trabajar. Fue en cuestión de minutos que entró una llamada de la Fuerza Pública, una de sus patrullas había chocado. Inmediatamente pensé en un amigo que es policía, empecé a llamarlo al celular y no me contestaba. La incertidumbre, la adrenalina, todo nos abarcó. En cuestión de 2 minutos estábamos en la escena. La policía estaba en una persecusión, y el carro que perseguían golpeó a un lado la patrulla y por la velocidad a la que iba se salió de la autopista, chocando contra la base de un poste. Habian patrullas, los bomberos venían detrás de nosotros. Solamente escucho a mi compañero decirme "usted que es más flaca, métase por aquella ventana", entre el poste y la patrulla, del lado del acompañante, justamente entre esas latas retorcidas, tuve que meterme. Ellos sacaban al conductor de la patrulla. Él solo preguntaba por su compañero. Yo llevaba un collar ortopédico para el acompañante, la incertidumbre de si se trataba de mi amigo, cuando logro entrar, el policía acompañante no tiene pulso, solo puedo decir "Paciente 38", es decir, paciente fallecido. No era mi amigo. Cuando logro salir de las latas retorcidas, veo a lo lejos a mi amigo llorando porque su amigo y compañero ya no estaba más. Yo tenía que irme al hospital a dejar al conductor. La policía custodiaba el cuerpo, una caravana de motos nos abrió paso al hospital. Llegué a mi casa a las 03:00 am, no pude dormir. A las 06:00 am estaba alistándome para ir a trabajar.

Cuanto extraño hacer lo que me gusta!

Después de esos cuatro años, tuve que abandonar mi barco. No porque quisiera, sino porque aún siendo esta una institución que hace tanto bien al país, a veces son permisivos en muchas cosas. Muchas personas trabajan con un salario, yo lo hacía por amor.

Tuve que pagar el precio por denunciar a una persona que aún asalariada no hacía bien su trabajo, no trataba bien a los pacientes y ponía en riesgo la salud y la vida de ellos. Me quisieron hacer un "juicio interno", pero yo no necesitaba demostrar nada, yo sabía que Dios que todo lo ve, haría su propia justicia. Me fuí, con un dolor en mi corazón, pero con la certeza que di lo mejor de mí. Hoy esa persona ya no está más ahí... Dios es justo!

Siempre que hagas algo sin recibir nada a cambio, hazlo con amor, con pasión y con la certeza de que Dios si ve lo que tu haces. Hace un par de meses, caminaba de regreso a mi casa y había un atardecer, de esos con tonos rosados y naranjas. Había un muchacho a la orilla de la calle tomando fotos con el celular hacia el atardecer, y me dice "Hola! Viste que bello atardecer?", yo por cortesía le contesto "Sí, que grande que es Dios", seguí caminando y me dice "¿seguiste en la Cruz Roja?", (tocó mi tema favorito), me detengo y le digo "No, hace un tiempo que tuve que salir", y me dice "Que lastima! ¿Usted no me recuerda?", yo le contesto que sinceramente no. Me dice "No importa, lo importante es que usted me salvó la vida, y hoy puedo ver ese atardecer, tuve un accidente en moto y hoy estoy aqui!"...... ¡La Gloria sea para Dios!

No solamente aprendí de primeros auxilios, realmente mi vida cambió! No esperes recibir nada a cambio, haz las cosas como si fueran para Dios mismo que trabajas. Doy gracias a Dios por todo lo aprendido, por las personas que puso en mi camino, por las amistades que coseché, por una pasión que nunca va a morir!