¿Problemas de peso?

Desde que tengo uso de razón, mi contextura ha sido delgada. De hecho siempre me molestaban porque era muy alta y delgada, y de niños ese era motivo para que mis compañeros de clase e incluso mis hermanos, hicieran bromas.

Con 18 años, medía 1.67 cm y pesaba 45 kilos, para que usted se haga una idea. Sin embargo, eso no afectaba mi salud porque mi contextura no era por mala alimentación, sino que podría ser herencia de mi bisabuela.

Sin embargo, cuando uno llega a esa edad (en estos tiempos ya a los 13 o 14 años), la vanidad se apodera de nuestra mente, y decimos ¿Qué hago para verme bien?, y empezamos a ver nuestros defectos con lupa, nos decepcionamos, y lamentablemente, muchas chicas pierden la vida en el intento por mejorar su apariencia.

En mi caso, gracias a Dios no fue así, pero si empecé a hacer más ejercicio. Entré a un gimnasio, y para serles sincera, no me motivaba en lo absoluto. Creo que iba más porque había una persona a la que quería agradarle en ese momento, que por mí misma. Cuando empecé a ver un aumento de mi peso, que era lo que yo quería, lo tomé un poco más enserio. Acompañé mis rutinas de ejercicio con un complemento alimenticio que aportaba más proteina y vitaminar, junto con mi alimentación y llegué a los 50 kilos, eso sí, fué un proceso de unos 3 años aproximadamente.

¿Por qué te cuento esto? Porque quiero decirte que cuando te empeñas en hacer una dieta, o empezar una rutina, solamente porque hay alguien que te dice que estás demasiado gorda, o porque estás demasiado delgada, no lo vas a lograr.

Para esos tiempo leí un artículo escrito por una chica gorda, que decía que los hombres solamente se fijaban en las flacas, y que la mayoría de mujeres flacas, eran por desnutrición y porque se mataban de hambre. Que muchas no tenían ni la mitad de coeficiente intelectual que una mujer gordita. Leer eso, tocó la llaga viva en mí. Porque yo había luchado por mucho tiempo en subir de peso, y no porque me matara de hambre o estuviera desnutrida, sino porque Dios quiso que esa fuera mi contextura, y por muchísimo menos, estaba de acuerdo con ella, en que el peso tenga algo que ver con la inteligencia de una persona.

Esa joven, que resulta había sido una "profesora" mía en un curso de la universidad, recibió mi comentario al respecto. Nadie está autorizado a juzgar a otros, y si tu no deseas ser juzgada por tu condición física ¿Por qué lo haces con otros?.

Crees que ser delgado es fácil? Crees que ser gordo es fácil?, ninguna de las dos. Siempre sufriremos críticas y rechazos. Por eso aprendamos a amar a los demás, tal como son y sobre todo a amarnos. Ver nuestro cuerpo en un espejo y decir: Gracias Dios porque soy hecha a tu imagen y semejanza!

En otro post, seguiré contándoles cómo descubrí una pasión escondida en mi, y algunos consejitos para que puedas lograr llegar a tu peso ideal.